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Los viveros de empresas, con sus servicios esenciales, son el 3en1 del emprendedor

Artículo publicado el 21 de julio en diarioabierto.es 

Galeria Vivero Puente de Vallecas

Emprender es muy difícil

No nos engañemos, emprender es difícil; es más, la realidad es que es muy difícil. Por eso, los viveros de empresas se han convertido en espacios ideales para poner en marcha un nuevo negocio. En este artículo expongo el porqué.

Para empezar, emprender es un oficio en el que tienes todo en contra: un entorno social que ahoga cualquier conato emprendedor porque lo preferible es trabajar  en una empresa del IBEX 35 o, incluso, abrazar los libros durante tres o cuatro años para asegurarse una vida al calor del empleo fijo que aparentemente garantiza aprobar una oposición. Por otro lado, el agente que tradicionalmente tiene como misión prestar dinero, la banca, no lo hace si el que se presenta en su ventanilla es un emprendedor; un banco presta en base al histórico de ingresos y gastos, y un emprendedor, no tiene histórico; de hecho, por eso busca dinero, ¡para poder empezar!

Por tener en contra, el emprendedor se enfrenta hasta a la inexorable estadística: poco más del 50% de las sociedades que se crean alcanzan los tres años de vida, y si hablamos de proyectos innovadores o tecnológicos, la mortalidad emprendedora asciende al 80%. Y por si fuera poco, el emprendedor es el único empleado que tiene que pagar para trabajar (la famosa cuota de autónomos). En resumen, que si decimos que emprender es una actividad de locos, no estaríamos en absoluto desencaminados.

Sin embargo, algo está cambiando. En vez de ser un oficio, por llamarlo de alguna forma, en decadencia cada vez más gente quiere emprender…  En las escuelas de negocios, los mejores alumnos ya no aspiran a escalar en el organigrama de una multinacional, sino a ser sus propios jefes; las televisiones hablan de los emprendedores en horas de gran audiencia; rara es la gran empresa que no ha lanzado un programa de apoyo a emprendedores, de hecho casi todas las Administraciones tienen el suyo, el Gobierno aprueba una ley de emprendedores y hasta el Rey habla de emprender en su discurso de proclamación.

¿Nos hemos vuelto locos dando tanta cancha a un oficio que como se ha visto es para locos? A mi juicio, no. Es más, Darwin ya lo explicó hace algunos siglos: en un entorno cambiante, no sobrevive ni el más fuerte ni el más grande, sino el que mejor se adapta a él, y nadie mejor que el microempresario -o sea, el emprendedor-, para lograr esa adaptación, aunque emprender sea una locura.

Revolución emprendedora

Algunos, entre los que me incluyo, creemos que estamos inmersos en una revolución emprendedora, en la que todos los agentes económicos (grandes empresas, Administraciones públicas, mundo académico y sociedad civil) están apoyando de distinta forma al revolucionario emprendedor. De todas las iniciativas que estos agentes están lanzando para facilitar la vida al loco emprendedor, considero que ninguna refleja mejor la revolución emprendedora que los viveros de empresas, un lugar donde el potencial o incipiente emprendedor encuentra todo lo que necesita para lanzar con éxito su futura empresa.

En un vivero de empresas, el emprendedor tiene a su disposición en un único espacio tres grandes servicios, es el tres en uno del emprendedor:
.- Asesoramiento/ Tramitación. Un punto de asesoramiento donde solventar todas sus dudas iniciales con respecto a la constitución jurídica de su negocio, apoyos y papeleos (tipos de sociedades, ayudas y subvenciones, tramitación, etc.), amén de poder crear la empresa de forma exprés y a un coste mínimo.
.- Un lugar para empezar. Un espacio gratuito en formato coworking (denominado preincubadora) para testar, validar y trabajar en la idea de negocio y así comprobar, antes de crear ninguna empresa, que ésta sea realmente una buena idea de negocio o no, a través de la realización del plan de empresa; y una vez ya se constituya como emprendedor, acceso a despachos de uso privado a un precio subvencionado para que desde el  minuto uno se pueda focalizar en vender, dado que el resto (mobiliario, luz, agua, limpieza, etc.) está incluido, así como libre uso de una infraestructura pensada y adaptada para sus necesidades con wifi en zonas comunes, salas de reuniones y de conferencias, zonas de vending, etc.
.- Networking/Formación. Y lo más importante, empezar en un entorno genuinamente emprendedor, rodeado de emprendedores como él y donde más allá de tener un lugar físico para trabajar, comience su aventura empresarial en un sitio donde “pasan cosas” interesantes: desde visitas de emprendedores de éxito que cuentan su experiencia personal, talleres y formación de todo tipo o tutelaje y asesoramiento ilimitado por parte del equipo gestor del vivero.

 

Además, el carácter público de los viveros convierte al emprendedor en el epicentro de su actividad, y a su éxito empresarial, en su principal misión. Y ello gracias al trabajo de un equipo experto proporcionado por una gestión privada.

Usando terminología tecnológica, el espacio físico no es más que hardware, sin gran valor en sí mismo más allá de un edificio más o menos bonito y mejor o peor ubicado; a la postre, lo que hace que el hardware funcione, es elsoftware. Y los viveros de empresas son software puro, unsoftware formado por un equipo gestor dedicado, la infinidad de actividades que en el vivero suceden cada día y un entorno lleno de emprendedores.

Todo ello consigue que la estadística -demoledora con estos locos- deje de ser uno de sus mayores enemigos y se vuelva a favor del emprendedor cuando éste está en un vivero: la supervivencia de los proyectos alojados en un vivero está por encima del 90% al cabo de los tres años. No es extraño, por tanto, que de espacios similares a un vivero o incubadora en Estados Unidos hayan surgido líderes globales como Pay Pal o Dropbox; y en España, éxitos nacionales como Blink Booking, la mayor app europea de reservas de hoteles de último minuto, adquirida por Groupon; Quieru, exitoso portal de belleza y salud, o Agora News, la mayor televisión de los eventos en directo.

Por tanto, si vas a cometer la locura de emprender, no lo dudes, acude a un vivero de empresas. Pongas al final o no a la estadística de tu parte, será un punto de gran ayuda para ti y tendrás tres servicios en un solo lugar.

 

Emilio Martínez Gavira es tuitero (@aemiliusmg) y bloguero (Innover.es). Dirige el Vivero de Empresas de Puente de Vallecas, perteneciente a la red de viveros de Madrid Emprende y gestionado por ASECOM. Intraemprendedor nato, ponente, asesor y mentor de emprendedores, Martínez Gavira es un agente habitual del ecosistema emprendedor madrileño.

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Emprender es vender

Amigo Jorge,

ponte-a-venderEn varias de las mesas redondas de emprendedores en las que participio o asisto, suele salir el tema de cuál es la cualidad más importante del emprendedor, o sobre qué es para alguno de los ponentes emprender. Hay millones de respuestas, todas ellas válidas y correctas, al fin y al cabo, son las opiniones de personas más o menos cualificadas para hablar de emprendimiento.

Pero tras muchas charlas y tras conocer miles de experiencias de emprendedores al final creo que pocas palabras definen mejor lo que es emprender que vender. Por muchos ángulos desde el que lo miremos, emprender se resume en vender. Si no te gusta vender, o aprendes, o es difícil que dirigir tu propio negocio pueda ser tu modus vivendi.

#EmprenderEsVender

Emprender es vender desde la propia génesis del proyecto, desde que esa empresa era una idea: 

 Emprender es vender, venderle a tu socio la idea. Tu compañero de viaje se unirá a ti si le persuades de lo atractivo del camino. Toda empresa con más de un socio empezó con una venta de un cofundador al otro, ¿qué habría pasado si Jobs no hubiera convencido a Wozniak? ¿existiría ahora Apple?

Emprender es vender, venderle tu proyecto a un inversor, sea Family, Friend o Fool. Si te van a poner un solo €, les debes explicar para qué lo que quieres, y muy importante, por qué vas a ser capaz de devolvérselo con creces. Y si ya hablamos de inversión de un inversor profesional, business angel o Venture Capital, la labor de venta llega a su máxima expresión. En pocas operaciones de venta el emprendedor debe explotar más sus dotes comerciales que cuando quiere dar entrada a un inversor, además este trabajo solo puede hacerlo el emprendedor fundador.

Emprender es vender, vender a tus empleados tu empresa. Sobre todo al 1er empleado, pero también al 2º, 3º ó 4º. El talento es más escaso que nunca y la competencia por él es feroz, si pretendes que alguien se una a tu proyecto renunciando a salarios más altos (o seguros), más seguridad laboral o más estabilidad, debes venderle muy bien tu proyecto y tu sueño. Tu empresa compite con Telefónica, Repsol o la Administración por el mejor talento y ellos tienen poderosos argumentos para fichar gente buena, por eso debes vender como los ángeles lo maravilloso que será unirse a tu proyecto.

Emprender es vender, venderle tu conveniencia como inquilino a tu primer arrendador. Nadie alquila sin garantías, la morosidad es un fantasma que sobrevuela cualquier operación de alquiler y tu no eres más que un conato de empresa, si pretendes que el local/oficina de tus sueños sea tuyo, le debes vender a tu futuro arrendador que vas a ser un inquilino excelente. Hasta para entrar en un vivero de empresas (como el que yo dirijo) el emprendedor se nos «vende», nos debe presentar un plan de empresa razonado y viable para poder entrar.

Emprender es vender, venderte a tus proveedores. Los proveedores son factor crítico de éxito en  muchísimos sectores.  Para ofrecer un gran producto a tu cliente, necesitas contar con un buen proveedor, y éstos no trabajan con cualquiera, menos con empresas recién creadas sin histórico de pagos y solvencia. Que te provean a buen precio y plazo y sin cobrarte todo por adelantado, será una operación de venta fundamental que tendrás que hacer. En algunos sectores como el textil, tener un buen proveedor es factor crítico de éxito.

Emprender es vender, venderle a tu primer cliente. Obvio. Sin cliente no hay cuenta corriente. Y el primer cliente (de verdad, no valen vecinos, primos o amigos), ese que te compra porque tu producto/servicio le encaja en precio y forma, te le has tenido que trabajar, y mucho. ¿por qué le iba a comprar a alguien como tú habiendo 3843 opciones más y con más reputación y prestigio? El cliente 1,2 y 3 es infinitamente más difícil que el 101, 102 y 103 y con ellos tus dotes vendedoras han tenido que lucirse.

Emprender es vender, venderte a tu distribuidor. Los buenos distribuidores y agentes no trabajan con cualquier proveedor, que apuesten por ti es fruto de un minucioso trabajo de venta.

Emprender es vender, vender a tu empresa de comunicación. Las grandes compañías de comunicación escogen sus cuentas, y si quieres que de ti se hable hasta en el último confín de las publicaciones de tu sector, ellos deben tener claro que les vas a proveer con material del bueno y que el día de mañana seréis muy grandes, se lo debes «vender» así.

– emprender es vender, vender a…….

En resumen, EMPRENDER ES VENDER, VENDER Y VOLVER A VENDER.

Es una tarea ardua, dura, que da pereza y para la que siempre hay una excusa que la posponga. Ninguna llamada es más procastinada que la llamada comercial, pero las empresas viven de los clientes, y si tu empresa es una pyme y depende de ti, en tu caso el VENDER no es una recomendación, sino una OBLIGACIÓN. El amigo Diego Mariño lo explicó maravillosamente en este post de obligatoria lectura: «Ponte a vender…»  Como todos los buenos artículos, están de plena actualidad pese al paso de los años.

Un último consejo, sonríe y ten buen humor, recuerda lo que dice el proverbio chino: Hombre sin sonrisa no abre tienda :O)

Un abrazo

Emilio

PD. Ninguna foto mejor que la que Diego Mariño usó en su post antes mencionado.

PD2. Maravillosa animación de Primer Frame (ganadora del Goya) sobre la importancia de vender en la que queda claro que al final para vender hay que darle al cliente lo que él quiere! Ojo, lejos de mí el sugerir que seas un vendedor de humo! 😉