Sobre mujeres, malentendidos y lo difícil del matiz en twitter

Amigo Jorge,

Varios hechos me han animado a escribir a este macro-post, dos principalmente. En primer lugar, la avalancha de noticias en la celebración del Día Internacional de la Mujer acerca de la desigualdad existente, aún insoportable, entre el hombre y la mujer, especialmente en cuanto a salario, en la vida laboral. Y por otro lado, la dificultad de explicar en un tweet o en dos (da igual que se usen los «tuits-alargadores»), pensamientos por su naturaleza complejos o polémicos, y que necesitan «sí o sí» una matización, un contexto o un precedente que el emisor conoce, lógicamente, pero no el receptor. Me viene a la mente especialmente el caso de unas reflexiones de @arrola, fundador de www.coches.com, realizadas el pasado 8 de marzo, día de la mujer, sobre los motivos de las diferencias salariales existentes entre hombres y mujeres, y la justificación de la misma por motivos estadísticos, «como se hace en los seguros» de los coches.

Pues bien, la airada respuesta por varios followers ante sus comentarios, me animaron a hacer una doble reflexión que te comparto en este post: en primer lugar,  lo difícil que es matizar en twitter, por lo que muchas veces es casi mejor evitar expresar pensamientos complejos; y por otro lado, las motivaciones de la diferencia salarial entre hombres-mujeres y la razonabilidad (o no) de lo comentado por @arrola.

Respecto a los malentendidos que se producen en twitter ya habla ampliamente @elpais en su artículo «Twitterrevolución», en el que el mismo @perezreverte explica al hilo de su polémico comentario sobre las lágrimas de despedida de Moratinos, que «Twitter es una charla de amigos, una barra de bar. Ocurrió como cuando un periodista saca de contexto una frase. Al día siguiente, dos ministros citaron mi nombre en el telediario. Trasladar un tuit tan crudo, aislado, descontextualizado…» por lo que no voy a profundizar en ello, y si tienes interés aquí tienes unos pocos manuales gratuitos en español sobre Twitter para darle un uso, más o menos correcto y no convertirte en un trending topic por meter la pata al estilo Bisbal. Por tanto me centraré en una serie de matizaciones, imposibles de hacer en 140 caracteres, y que entiendo como absolutamente necesarias hacer a la hora de opinar sobre las diferencias salariales entre hombres-mujeres.

Como bien sabes, tengo 3 hermanas, una novia estupenda, una madre maravillosa y 5 primas por un solo primo, por lo que he crecido entre mujeres y debe descartarse rápidamente cualquier actitud de índole machista en mis palabras, más bien, todo lo contrario… A la hora de opinar sobre por qué lamentablemente cobran más los hombres que las mujeres en España se deben hacer al menos 3 reflexiones/matizaciones que además, siguiendo el hilo argumental, deben ir en ese orden:

Reflexión estadística. La inmensa mayoría de las noticias que recientemente han hecho referencia al % de salario menor que cobran las mujeres respecto a los hombres se basa en el «Informe sobre Igualdad Salarial de UGT del 22 de febrero de 2011» . Pues bien, tras haber revisado el informe, en ningún caso dice que esa diferencia salarial se produzca entre un hombre y una mujer, que realizan el mismo puesto de trabajo, en la misma empresa, con las mismas responsabilidades y obligaciones, y con el mismo desempeño, que sería lo adecuado para poder realizar una comparativa justa. Simplemente dice que el salario medio total que cobran los hombres es superior al de las mujeres, simple y llanamente eso. ¿injusticia al canto? Quizás, pero habría que matizar, ya que si los hombres cobran más que las mujeres, es técnicamente porque los trabajos que hacen los hombres (en media siempre), están mejor remunerados que los de las mujeres. ¿injusticia galopante? Deberíamos seguir matizando, ya que esto se puede producir porque los hombres (siempre en media) desempeñan puestos de mayor responsabilidad y por tanto, mayor sueldo que los de las mujeres, lo que provocaría que «en media» los hombres ganaran más que las mujeres. Simple y llanamente, esta estadística refleja que los hombres tienen en media mejores puestos que las mujeres y por tanto mejores salarios, pero ojo, también mayor responsabilidad. Constatado que hay más directivos y altos cargos varones que mujeres. ¿es esto injusto? probablemente, pero entonces la queja razonada no debería atacar el por qué los hombres cobran más que las mujeres, lo que lleva a confusión, y la respuesta ya está dicha (tienen puestos de mayor relevancia y salario) sino por qué los hombres tienen los puestos de mayor responsabilidad y por tanto, las mayores remuneraciones! Ahí está la diferencia social existente, el punto a mejorar y por consiguiente el matiz a recalcar.

Hay otra interpretación, escuchada en varios foros de debate, que viene a decir que entre un hombre y una mujer, que realizan el mismo puesto de trabajo, en la misma empresa, con las mismas responsabilidades y obligaciones, y con el mismo desempeño, la mujer cobra menos que el hombre. Y siguiendo las cifras del informe de antes, vendría a decirse que las mujeres cobran un 15% menos. Y esto sencillamente, es una aberración económica. ¿por qué? Muy sencillo ¿es que acaso alguien en su sano juicio puede pensar que a igualdad de desempeño, responsabilidad y función un empresario, por muy machista que fuera, iba a desaprovechar la oportunidad de ahorrarse un 15% en una de las principales partidas de gasto como son los salarios en una época de crisis como la que vivimos? Si realmente las mujeres para puestos de igual responsabilidad y función, y por un mismo desempeño y calidad profesional implicaran un ahorro del 15% para el empresario, que no quepa la menor duda que éste solo contrataría a mujeres. Por ejemplo Jorge, de ser así y como emprendedor que eres ¿perderías esta oportunidad de recortar gastos salariales en un 15% con una medida tan fácil como sería la de contratar mujeres?

Por tanto y no me enrollo, la pregunta no es por qué los sueldos de los hombres son mayores que los de las mujeres, sino por qué éstas no logran los mismos puestos que los hombres. Y aquí añado un par de reflexiones más.

reflexión social/cultural/histórica o como se quiera titular. Es un hecho, nos guste o no, que hasta «antes de ayer» la sociedad española estaba estructurada muy frecuentemente en torno al concepto de «familia tradicional», en la que la mujer ejercía las funciones de «ama de casa», y el hombre era el trabajador.  Obviamente son innumerables las excepciones, pero en la generación de nuestros padres este modelo de economía familiar era bastante habitual, lo que provocaba que el número de mujeres que accedían al mercado laboral fuera muy inferior al de los hombres y por tanto, eran éstos lógicamente en un mayor % los que ascendían, los que alcanzaban los puestos de alta responsabilidad y sueldo, y por consiguiente, lo que justificaría esta brecha salarial grande entre hombres y mujeres. Gracias a la plena incorporación de la mujer al mercado laboral, esta tendencia está cambiando a pasos agigantados, y no solamente porque ya el 65% de los estudiantes universitarios son mujeres (@isidrodepablo dixit), sino porque cada vez es más habitual ver que la presencia femenina en oficios «típicos de varones» como en las Ingenierías o Medicina no cesa de crecer, y hablando con Dptos. de RRHHs de grandes compañías en lo sectores de Banca/Finanzas o Servicios Profesionales que año a año contratan a gran cantidad de recién licenciados, me dicen que en cada promoción el número de contratadas es mayor, siendo habitualmente más del 55-60% del total. Este hecho, añadido a medidas gubernamentales para facilitar el acceso de la mujer a puestos directivos (famosa Ley de Igualdad) y a iniciativas muy interesantes como el Programa LiderA, hacen que poco a poco, sea cada vez menos extraño ver a mujeres en puestos directivos. En cualquier caso, queda mucho camino por recorrer, y aún hoy día la mayor parte de los altos cargos, muchos de ellos de avanzada edad y provenientes de la época en la que la mujer aún no se había incorporado al mercado laboral, siguen siendo varones, por lo que siguen justificando la desigualdad salarial existente.

Pero no quiero terminar este «macro-post» (casi ensayo diría yo) sin hacer una tercera reflexión.

reflexión antropológica, filosófica, natural, o como la queramos definir, que viene a constatar que, guste o no, así es la naturaleza, y es la mujer la que «sobrelleva» (léase con todo el cariño) el proceso de embarazo y parto (con las consecuentes molestias, visitas al médico, etc) y la que, estadísticamente, en más ocasiones (respecto al hombre) decide «salirse» del mercado laboral (al menos de la carrera laboral que eventualmente te podría llevar a un puesto directivo) con el ánimo de emplear más tiempo en atenciones a la familia. Entiéndase que es solo una reflexión sobre la realidad,  en absoluto una opinión. Este efecto salida de varias mujeres con carreras muy prometedoras, del carril que lleva a los puestos directivos, por motivos de familia, también provoca que en última instancia, sea mayor el número de hombres albergando altos cargos. El reto en este caso sería, no sólo la conciliación de la vida familiar y profesional en términos generales, en la que ya se están dando importantes pasos, especialmente útiles para el personal administrativo (jornadas continuas, horarios reducidos, teletrabajo…), sino la posibilidad de facilitar una conciliación real de la vida familiar y profesional de las mujeres que aspiran por cualidades, talento y buen hacer, a los mejores puestos en las empresas y en las instituciones. Este es el reto y el camino a través del cual, se podría reducir la brecha salarial existente.

Bueno Jorge, creo que de tanto matizar, he creado un «Quijote» ilegible. En resumen, que en Twitter es mejor dar mensajes breves y directos para evitar confusiones  y malentendidos y que lamentablemente las desigualdades salariales entre mujer y hombre, existen y seguirán existiendo, aunque cada vez en menor medida, por lo que lentamente en el futuro iremos viendo a más y más mujeres, por méritos propios (nada de cuotas ni leyes de discriminación positiva), en los cargos de mayor responsabilidad de empresas e instituciones.

¿qué piensas de todo esto? ¿un café para intercambiar impresiones? 😉

Un abrazo.

Emilio

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2 comentarios

  1. Estimado.

    Intentaré ser breve y que se entienda; en menudo fregado te has metido y sobrevives sin comentarios.

    1. A ver si alcanzamos una democracia madura en la que los derechos y deberes de todos sean iguales pero la gente no tenga qe ser igual. Yo no soy igual que una mujer, me temo que soy muy distinto.

    2. En las mujeres de mi generación (70´s) a veces veo incluso más machismo mamado en su educación que en la de nuestros padres (40´s). No tengo claro que se esté avanzando tanto.

    3. Pensemos en la carga que supone una mujer embarazada a una empresa hoy en día (si no me equivoco):
    – La empresa sigue pagando la seguridad social (una pasta gansa) -y encima la empleada no recibe el sueldo íntegro durante la baja-.
    – La empresa, por su tamaño, tiene que contratar a un sustituto durante la baja, y también pagar su seguridad social como es natural.
    Y es que el coste de nuestra tan querida como quebrada seguridad social sigue escondido pero pesando.

    4. No todo debería ser negativo: una madre con jornada reducida rinde mucho más ya que «va a setas» y deberían ser apreciadas por las empresas.

    Algunas tonterías al respecto.

    Saludos.

  2. Hace dos semanas me quedé tras descargar a los críos en el colegio a tomar un café con parte del resto de madres: ¿por qué todas eran madres? Es decir, hay otros maridos que llevan a los bichos al colegio, pero todos siguen su ruta hacia el trabajo.

    Estoy hablando de una generación de entre cuarenta y pocos y treinta y muchos. Bien, la conversación se centró en poner a caer de un burro a sus respectivos por no colaborar en casa: que si en plenos baños del domingo el marido le pide que le ponga la cena (36 ella, 37 él), que si hay follón en casa se va de copas con los amigos (unos 44 tanto ella como él)… y todas trabajan o trabajaban, es cierto que se han reducido la jornada o lo han dejado por los hijos.

    La solución la dio quién ya había tirado la toalla (no todo el mundo puede): el secreto está en estar muy bien servida; él no hace nada, pues yo tampoco.

    No hablo de nuestros padres. el problema está en nosotros (mujeres y hombres), no en el trabajo.

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