Estrategia Empresarial

Negociando en EEUU…

Amigo Jorge,

Sabes que soy un convencido de las ventajas de la globalización, sobre todo porque, nos guste o no, ya esta aquí, es un hecho. Nos afecta tanto en nuestras vidas que vivir de espaldas a ella o, aún peor, ignorarla o negarla es un acto de ceguera y negación del cambio que no provocara más que frutraciones, incultura e una inadaptación a los nuevos tiempos de duras consecuencias.

Hace un tiempo tuve la oportunidad de asistir al seminario «La internacionalización de la pyme española en EEUU» impartido por el IE Business School. Me interesaba mucho este evento, ya que no solo estaba organizado por uno de los grandes éxitos globales de España, en general, y de Madrid en particular, que es el IE Business School, sino porque hablaba de hacer negocios en el gran cliente, en la gran superpotencia, en el país más rico del mundo y también en el más competitivo y duro: EEUU. Un mercado al que en España históricamente se le tenía respeto, casi miedo, y al que cada vez más, grandes y pequeñas cías españolas, e incluso algunos emprendedores, se están aficionando, hasta el punto que en los últimos años  la inversión española en EEUU es la mayor fuera de la UE y muy superior a la americana en España. Grandes compañías como BBVA, ACS, Ferrovial, OHL, Inditex o muy recientemente Bankia han convertido al gigante americano en territorio conocido; otras grandes como Agbar salen de China para entrar en EEUU e innumerables pymes tech como Imaste o Zinkia  o emprendedores directamente como Miguel A. Díez Ferreira o Eneko Knorr no tienen reparo en fajarse en la hipercompetitiva meca de las grandes compañías tecnológicas.

Siendo todo el seminario de gran interés, me gustó especialmente la ponencia de Enrique Ogliastri, profesor del IE Business School. Basado en un exhaustivo estudio de mercado entre diversos emprendedores, directivos, empresarios o trabajadores de empresas multinacionales que hacen negocios en EEUU, han conseguido resumir de forma pedagógica y a mi juicio, bastante acertada las características básicas de lo que supone una negociación-tipo en EEUU (por supuesto, de forma general), algunas de las diferencias claras respecto sobre cómo se hacen negocios en España y, finalmente, unas recomendaciones a tener en cuenta. Me parecieron realmente interesantes y certeras, por eso paso a enumerártelas, ya que nos vendrán muy bien en nuestros negocios o reuniones con representantes de compañías o instituciones de la patria del Tío Sam.

Conocer bien las características particulares de las diferentes culturas, sociedades, religiones, sistemas políticos o países es un factor clave a la hora de tener éxito en una negociación, sobre todo para evitar «meter la pata», para no quedar en ridículo, o lo que es peor, acabar creyendo lo que no es.

Al grano. ¿Cómo se negocia en EEUU? (En general estos consejos se podrían considerar ampliables a toda la cultura angloamericana):
Presionado por el tiempo, todo muy rápido. «Time is money» recuerdan.
Se negocia punto por punto. Es una cultura monocrónica, donde solo se hace una única cosa a la vez. Es más, puede ser hasta maleducado negociar varios asuntos al mismo tiempo, propio de las culturas policrónicas, como la nuestra.
Informal, pero impersonal. Es habitual que te digan: «Call me Joe» al principio, pero luego… Don´t mix business with pleasure.
Se establece confianza, hasta cierto punto… En España hay más interés de entablar amistad con los clientes o proveedores, de hecho es muy habitual el salir a comer con ellos o ir a eventos juntos.
Abogados: son de la cultura Perry Mason, en donde éstos son grandes estrellas e incluso los juicios por TV tienen grandes audiencias. El ejemplo de OJ Simpson es el paradigma de juicio cubierto ampliamente por los medios o el de tantos presos del corredor de la muerte. Su sistema legal para ellos es muy importante, y relativamente funciona. Por esto, los abogados son una pieza clave del sistema, y cobran mucho. Las famosas 4 palabras «Talk to my lawyer» son muy habituales en EEUU, y no es tomado como una ofensa por el que la recibe, es algo del día a día. En España, sin embargo, una demanda contra tu persona o empresa es la guerra. Somos mucho mas pacíficos desde el punto de vista legal y no son tan habituales las demandas.
Bajo contexto comunicativo. Los contratos son detalladísimos, todo debe quedar por escrito y cristalino. Es más, las palabras son unívocas, comunican lo que dicen y punto, no hay que «leer entre líneas», ni andarse con requiebros verbales para dar a entender algo que no es. Por esto, el peor insulto a la hora de hacer negocios en EEUU es «liar». Como curiosidad ellos valoran mucho cuando escriben «Sincerely» al final de una carta o mail, ya que implica realmente lo que dice.
Uso del Poder abierto, al ser una cultura eminentemente pragmática. El poder que una de las partes pudiera tener en una negociación, lo usan, no es visto como un intento de avasallar al interlocutor más débil. Son el país más grande e importante, y así lo recuerdan. La realidad es que no son nada sutiles ni modestos. Eso por lo general no gusta en España y es visto como un acto de prepotencia.
Centrados en el análisis costo-beneficio. El análisis económico es muy utilitario, muy orientado al negocio, y no tanto en las relaciones personales. En EEUU no se gana un contrato por caer mejor, o por tener un amigo en común, sino por dar la mejor oferta en su conjunto. El concepto de «Fairness» está muy incorporado en su cultura:  hay que ser justos en los negocios.
Limitada zona de regateo. Se aceptan ciertas rebajas, algo más que en Japón pero desde luego mucho menos que en el Mediterráneo.

En general esta forma de negociar se justifica por la enorme orientación al desempeño de los americanos. Es muy alta y quieren que sea alta.

Estas características llevarían a una nueva reflexión:

¿Cómo es el proceso de negocios en EEUU?


1. Directo sin preámbulos, sin «small talk». Nada de qué tal tiempo hace hoy, qué tal su mujer, que vergüenza dio el Real Madrid ayer o cómo de bien se come en el restaurante Txistu.
2. Se mueve por Intereses y Resultados, donde todo debe quedar concreto.
3. No hay negociaciones informales, no hay nada sobre la mesa y bajo cuerda.
4. Se ha de llegar a una propuesta razonable, ajustada.
5. La negociación siempre punto por punto.
6. Razones pragmáticas. Se sienten incomodos con las emociones «por ser tu…». Es visto como algo inmaduro.

Y finalmente unas recomendaciones a tener en cuenta para poder tener éxito al negociar en EEUU:
1) Hablar bien inglés. De perogrullo.
2) Llegar antes a la reunión, no está bien llegar tarde, te deja en situación de debilidad a la hora de comenzar a negociar.
3) Utiliza estándares objetivos en la negociación.
4) No hacer preguntas muy personales.
5) Pregunte por los intereses empresariales, y exprese los suyos con claridad. Ayuda a llegar a acuerdos.
6) Intercambio de concesiones, siempre una por una.
7) Pague a un buen abogado que revise el contrato, y no ser tacaños, que aquí sí «lo barato puede salir caro».
8) No sea culturalmente idiota. ¿Cuando se es CULI (culturalmente idiota)? Cuando se piensa que los otros son los raros y yo el normal; cuando se intenta ser igual que ellos o cuando se cree que todos los americanos son iguales. La cultura empresarial de un lugar importa y hay que conocerla, pero dentro de ella, y como no podía ser de otro modo, la diversidad es enorme.

Finalmente es conveniente saber que en las negociaciones pasa como en el deporte, importa jugar como local.

Amigo Jorge, negociar es uno de los factores claves de éxito en los negocios, es el broche a todo el proceso de compraventa, es el equivalente futbolístico del remate a gol en el mundo de los negocios y creo que para hacerlo eficazmente, conocer estas peculiaridades desde luego vienen más que bien.

¡Espero que te ayuden a la hora de «hacer las Américas»!;)

Un abrazo.

Emilio

PD. Fotografía «Manhattan night» cortesía de @cmolalla

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España, ¿el mejor país de Europa para ser empresario?

Amigo Jorge,

Pues esto piensa  el padre de un buen amigo mío, exdirectivo durante muchos años de un gran grupo industrial multinacional. Y esta afirmación la justifica de la siguiente manera: «Un país que tiene altos precios, como Alemania, y bajos salarios, como Portugal, ¿no es un mercado de ensueño para los empresarios? Pues ese país… es España. En España Emilio, el empresario se lo lleva crudo. Los márgenes son enormes, ¿no ves que aquí nadie quiere ser empresario? Hay que estar donde nadie quiere estar y esto hoy es al mando de una empresa.»

Y la verdad, es que esta afirmación me ha hecho reflexionar… y mucho! En primer lugar, además de las sensaciones de este exdirectivo respecto a precios y salarios en España y en Alemania, parece un hecho que las principales ciudades de España (Madrid, Barcelona) tienen unos precios similares (o incluso en ocasiones por encima) a los precios de las principales ciudades alemanas (Berlín, Frankfort, Munich), atendiendo a los resultados de los principales rankings de coste de la vida, como el UBS Price and Earnings 2010 o a la magnífica comparación de Expatistan entre Berlín y Madrid. Atendiendo a los salarios tampoco hay duda de que son bastante superiores en Alemania, según el anterior informe de UBS, también dedicado a los salarios, o que incluso son el doble que en España, de acuerdo a un estudio de Adecco y el IESE.

Mi reflexión es… ¿por qué?

Es indudable que en una economía de servicios, como la española y prácticamente en la de cualquier país desarrollado, uno de los principales costes (con frecuencia el principal) a la hora de determinar el precio final de un producto o servicio, es la mano de obra. Partiendo de la base que en toda economía de mercado tanto las precios como los salarios vienen determinados por el cruce entre oferta y demanda (salvo ciertas «correcciones» regulatorias y gubernamentales como pudieran ser la imposición de un Salario Mínimo Interprofesional o de la tarifa eléctrica o el agua), ¿cómo es posible que en España los trabajadores  cobren poco más o menos que la mitad que en Alemania o en gran parte de Europa mientras que los precios de los bienes o incluso el de los alquileres están al mismo nivel o incluso más baratos en estos países (ver Global Office Rents 2010 de CBRE)? ¿es que somos tontos los trabajadores españoles o masoquistas? Como entiendo que un SÍ NO es la respuesta adecuada a la 2ª pregunta, tras muchas reflexiones éstas son mis conclusiones que responderían a la 1ª pregunta. ¿por qué estas diferencias?

Economía española muy basada en los servicios de bajo valor añadido, y no en la industria o en la alta tecnología como en Alemania. Por este hecho, los trabajadores alemanes son mucho más productivos. Allí sus empresas logran producciones como las de España aunque con menos recursos humanos, lo que permite a los empresarios alemanes por tanto pagar sueldos más altos. Mayor productividad, mayor sueldo, de libro.

Adecuada formación superior de los empleados en Alemania. En España, las «fábricas» de trabajadores, uséase, las universidades, forman estudiantes sin contar apenas con las necesidades de las empresas; de hecho, es rara la carrera y la universidad que permite que un recién licenciado sea productivo para la empresa que lo contrata desde el minuto 1, ya que lamentablemente lo que ha estudiado, apenas le es de utilidad para la nueva empresa que le acaba de contratar. El hecho es que uno acaba la carrera… y ni siquiera sabe interpretar una nómina! 😦 Como explica Alejandro Suárez, multiemprendedor y autor del libro «Ha llegado la hora de montar tu empresa», «La universidad da la espalda al mundo empresarial». Esta inadecuada formación universitaria de los españoles tiene como consecuencia unas remuneraciones menores para los trabajadores; si una empresa va a tener que formar de todos modos al trabajador al contratarle sea éste licenciado o no, ¿qué incentivo tiene el empresario para pagarle un salario de licenciado, por tanto, presumiblemente superior, si la realidad es que le da igual que su contratado sea licenciado o no?. Obviamente hay excepciones, pero  sin duda esta inadecuada formación en España, arrastra a la baja los salarios.

Desequilibrio entre oferta de universitarios y demanda por parte de las empresas.  No tengo las cifras exactas de graduados al año (parece que unos 500.000 según leo en el Ministerio de Educación, pero lamentablemente muchos de ellos forman parte de esa espantosa tasa del 43,5% de paro juvenil en España. Es cierto que la coyuntura actual no es la mejor, pero en época de bonanza también era muy elevado el número de licenciados realizando trabajos considerados inferiores a su formación ¿qué sentido desde el punto de vista de país tiene graduar a n miles de estudiantes al año si el sistema económico español solo es capaz de absorber a n/2 o n/3? Máxime cuando hay oficios y profesiones en las que apenas hay parados… Este excedente de graduados sin empleo tiene varias consecuencias directas, cada cual peor para el licenciado o graduado, además de la frustración resultante propia en cualquiera que no encuentra un trabajo adecuado para su formación: 1. continúa estudiando (para la felicidad de escuelas de negocios, universidades o centros de formación; lo que no deja de ser un mal menor, un parche al problema existente pero no la solución, por esa regla de 3, ¿formarse hasta la jubilación sería una solución?), 2. emigra al extranjero (tragedia para el país que forma e invierte en gente joven que al final van a crear valor fuera), 3. pasa a formar parte de ese 43,5% de parados jóvenes (sin duda la peor consecuencia de todas) o 4. la que viene al caso en el post, accede a un trabajo inferior al que le correspondería por su formación y titulación aceptando por tanto un salario menor. Como en el punto anterior, hay excepciones, pero sin duda este hecho influye en el escaso salario recibido en España en comparación con el de Alemania.

Descomunal tasa de desempleo en España (21%),  que duplica ampliamente a la europea (9,4%) y que casi cuadriplica a la alemana (6,1%). Esta abominable tasa (la mayor de Europa de largo) exige a los parados españoles aceptar salarios muy inferiores a los deseados con el fin de salir de la situación de desempleo. Inferiores tasas de desempleo, obligarían a los empleadores a ofrecer mejores salarios con el fin de contratar el talento deseado, tal y como sucede en Alemania.

Altas cargas sociales a las empresas españolas a la hora de contratar. Como explicó en su post el afamado emprendedor Martín Varsavsky para que un trabajador reciba 1250€ en su cuenta a fin de mes la empresa tiene que gastar 2500€, la mitad se lo llevan  las cargas sociales e impuestos por parte de la empresa. Obviamente si hubiera menos cargas sociales, a igual coste para el empresario, el trabajador podría recibir ingresos netos más altos por su trabajo o permitiría al empresario ofrecer sueldos superiores.

Elevado coste de despido, como subraya el emprendedor Jesús Encinar en su magnífico post «10 medidas para que en España haya más startups».  Debido a la elevada cantidad que un despido puede suponer según el caso, estas indemnizaciones son consideradas por los empresarios como «parte del salario» a recibir en el futuro por el trabajador; aunque la realidad es que es un sueldo «asimétrico» ya que no todos los trabajadores finalmente ingresan este dinero que supuestamente les correspondería. En cualquier caso, parece lógico pensar que si éstas indemnizaciones fueran menores, al ser un sueldo pagado a futuro desde la óptica empresarial, los empresarios tendrían un mayor incentivo a subir los salarios reales de los trabajadores; sería una especie de «te subo el sueldo hoy, pero a cambio si te despido te llevas mucho menos o nada». En este sentido, es muy interesante echar un vistazo a la solución al problema del mercado laboral que ofrece Kike Vázquez en esta «perla de Kike».

Pocos empresarios en España. Al haber pocos demandantes de empleo (empresarios), y muchos oferentes (trabajadores), los empresarios tienen mucha oferta en la que escoger y por pura ley del mercado ofrecen bajos salarios. Este hecho no para de contarlo Martín Varsavsky en varios de sus posts o charlas. 

Pocas empresas tecnológicas, innovadoras o creadoras de productos y servicios de alto valor añadido en España. En la línea con los anteriores puntos, además de haber pocas empresas en España, son muchas menos las que se pueden catalogar como tecnológicas o innovadoras, que son las que al final demandan personal altamente cualificado y productivo. Este escaso universo de empresas demandantes de trabajadores muy cualificados, y el elevado número de éstos, sin duda tira hacia abajo los salarios de los empleados españoles respecto al de los alemanes.

Alto riesgo de emprender en España. Como explicó antes en su post Jesús Encinar «Si te va mal un negocio no puedes montar otro. Las deudas con la seguridad social van contra todos tus ingresos presentes y futuros.» Alto riesgo exige alta rentabilidad, ya que la penalización por fracasar en España es grande en todos los ámbitos (no solo económica sino también social). Esta demanda de alta rentabilidad por parte del empresario, exige un alto margen (Precio Venta restando su Coste), mayor que el que el empresario exige en Alemania. Salvando las distancias y dependiendo de cada caso, al igual que un empresario maneja mayores  márgenes cuando hace negocios en Venezuela que en EEUU, un emprendedor hace su misma cuenta en España respecto a Alemania. Este hecho unido a la mala imagen general del empresario y a una mentalidad social por lo general poco emprendedora (cambiando a mejor, eso sí) en España, provocan que, o bien el empresario maneja unas altas expectativas de rentabilidad o prefiere quedarse trabajando por la «segura» y protegida cuenta ajena. Este hecho, también influye en que los salarios sean bastante menores en España respecto a Alemania.

Son muchos puntos, los que en mi opinión justifican esta diferencia de salarios (en otro post intentaré escribir el por qué de los precios, pero no quería extenderme tanto) entre Alemania y España, pero la realidad es que ninguno de ellos se puede considerar insalvable en un m/p. ¿llegaremos algún día a tener en España una economía basada en el conocimiento con un gran número de emprendedores que contraten a empleados altamente productivos y por tanto bien remunerados? Aunque suene a fanfarronada, mi apuesta es que sí… si no al tiempo! ;O) ¿o es que no estábamos mucho peor en los años 40/50 cuando vivíamos en ausencia de libertades y con hambrunas? ¿o incluso en los 70, cuando a la crisis económica mundial, se le unía una crisis política sin igual en el país, con una democracia en ciernes, incipientes golpes de estado, intrigas y una amenaza terrorista que ampliamente superaba el centenar de víctimas año tras año? Si de esa salimos, ¿por qué no de esta? Lo bueno de empezar desde abajo es que tienes mucho que recorrer, y el margen de mejora en este sentido es amplísimo.

Entretanto, y para acabar el post «en positivo», porque así lo siento y lo veo, esta diferencia salarial entre España y Alemania sin duda es una gran oportunidad para los españoles en su conjunto. Es, a mi juicio, un aliciente para los trabajadores para luchar por adecuar su formación a lo que se demanda en el contexto global actual con el fin de obtener mejores remuneraciones, como en el resto de Europa, o incluso ser un incentivo para convertirse ellos mismos en emprendedores, aprovechando que, tal y como explican varios expertos, como Marek Fodor (Business Angel, Director de la Aceleradora de proyectos tecnológicos SeedRocket y cofundador de Atrapalo) «Las condiciones para emprender un proyecto online, para conseguir la financiación y otros apoyos nunca han sido mejores.  2012 podría y debería ser el mejor año para las startups tecnológicas. «


Y sin duda también es una gran oportunidad para los empresarios, quienes pueden «sacar ventaja» de este hecho y  liderar compañías innovadoras de alcance global desde un país como España que además de las facilidades que les da ser miembros de la UE o el español como lengua vehicular entre varias más, les permite conseguir el más preciado de los recursos empresariales necesarios, los humanos, a un precio altamente competitivo. ¿o es que no es una enorme ventaja tener talento y mano de obra cualificada y productiva, de primera fila mundial, a un precio sin igual en Europa? ¿o es que los empresarios no estarían más que felices de duplicar o triplicar los sueldos de sus trabajadores si éstos demuestran ser altamente productivos, superiores en conocimientos a sus homólogos europeos y fieles a una (su) compañía a la que ayudan a competir de «tu a tu» con las grandes multinacionales globales? Mi opinión es que sí, y que pronto lo veremos.

Perdón por la «sábana».

Un abrazo

Emilio

PD. Son tantas mis referencias en este post a Martín Varsavsky que no he visto mejor «imagen» para titular este post, que colgar su espectactular charla en La Red Innova. Aunque no dice explícitamente que España sea el mejor país de Europa para ser empresario, sí dice que por más que le regalen los oídos para instalarse en el Reino Unido, de aquí no se mueve. Por algo será! 😛

España en el contexto global o la gran oportunidad

Amigo Jorge,

Como bien sabes, gracias a mi trabajo en Madrid Emprende tengo la oportunidad de charlar, escuchar y aprender de muchísima gente interesante cada semana. Al ser tantísimos los emprendedores o ponentes de interés con los que trato intento no escribir en innover.es sobre ellos. Sin embargo, tras escuchar a Vicente Montes, Directivo de la Fundación Rafael del Pino y Presidente de la Asociación de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, haré una excepción.

¿por qué?

No puedo coincidir más en sus tesis: la internacionalización debe formar parte de la estructura de cada compañía española independientemente de su tamaño; el área internacional debe ser exactamente igual que el departamento financiero, RRHHs o legal, simplemente no puede no estar. Desde mis tiempos en la facultad tuve claro que la globalización iba a llegar (aunque haya varias voces documentadas que la ponen en duda) y que en el área internacional querría desarrollar mi carrera; no porque fuera un visionario, porque me encantara viajar o porque disfrutara muchísimo hablando con foráneos, sino porque veía que mejorándose cada vez más las comunicaciones y el transporte, era cuestión de tiempo que surgieran más y más empresas globales, fruto de esta mayor interconexión, desconocida hasta la fecha. Además en el caso de España, echando un simple vistazo a la pirámide poblacional, comparándola con la de otros países, no hacía falta ser ningún Nobel económico para detectar que los clientes del mañana, estaban más fuera, que dentro de nuestras fronteras.

A la hora de hablar de la internacionalización de las empresas españolas se tiende a ver el vaso medio vacío, pero hay muchos motivos como para verlo medio lleno. El viernes Vicente Montes ofreció varios datos, interesantísimos, por lo que me uno a su tesis de que las empresas españolas en el contexto global están ante una oportunidad histórica, y que se puede y debe aprovechar. He aquí algunos datos aportados por Montes.

España, en plena crisis, no ha cesado de aumentar sus exportaciones a tasas de dos dígitos (17,4% en 2010 y por encima del 23% en 2011, 5 puntos por encima de la media UE). Sea por necesidad, al no haber apenas impulso de la demanda interna, más que por vocación (qué más da!), el hecho es que nuestras empresas se han «puesto las pilas» y han mirado más que nunca fuera de nuestras fronteras.

España es el único país europeo que ha conservado su cuota exportadora

– El ICEX (Instituto de Comercio Exterior), principal organismo de apoyo a la internacionalización empresarial en España, ha sufrido una profunda revisión, con el fin de adaptarse a las nuevas demandas de las cías en el contexto actual. El ICEX como bien ha recalcado Montes, es la 1ª multinacional española, ¿o es que hay otra empresa con más de 90 antenas en distintos destinos que actúen de forma coordinada? Este sensacional despliegue, sin duda puede y debe aprovecharse al máximo por las empresas españolas.

– Un estudio del afamado economista Mauro F. Guillén de la Wharton University (autor del famoso libro «The rise of Spanish Multinationals«), que se presentará en la Fundación Rafael del Pino a finales de junio, llega a la conclusión de que en España hay 1.600 empresas con capacidad global, casi 500 más que en Francia.

A lo expresado por Montes le añadiría el impacto positivo que a nivel de imagen global para la marca España está teniendo el éxito de los deportistas españoles; es relevante que este hecho se esté produciendo de forma simultánea en deportes de máxima audiencia global (fútbol, baloncesto, F1, motociclismo, tenis, ciclismo…). No es menos cierto que los datos económicos generales del país, las revueltas de los #indignados en distintas ciudades e incluso la inestabilidad política son comentadas ampliamente en los medios internacionales, con el consiguiente efecto negativo sobre la marca España. Si bien pienso que como marca país, los efectos positivos derivados de los éxitos de nuestros deportistas tendrán un efecto mayor y más duradero que los malos datos económicos o la inestabilidad política, hecho que compartimos en mayor o menor medida con gran parte de los países de nuestro entorno.

A mi juicio, la exitosa internacionalización de las grandes corporaciones españolas (Telefónica, BBVA, Santander, Repsol…), en muchos casos con una imagen y unos fundamentales muy por encima que los que ofrece actualmente España, multiplica las oportunidades para las pymes en aquellos mercados en los que éstas operan.

No obstante, la gran oportunidad para la empresa global española y lo que me hace ser optimista no viene de la mano de los grandes grupos antes nombrados, muchos de ellos anteriores corporaciones de capital público posteriormente privatizadas o fruto de un sinfín de fusiones y adquisiciones, sino de las pymes fundadas por emprendedores «crecidas» a grandes, y que son hoy día casos de estudio en varias escuelas de negocio por haberse adaptado de forma inmejorable a las necesidades del entorno global. En este grupo están las Inditex (líder mundial del sector textil), Indra (líder de sostenibilidad en su sector), Técnicas Reunidas (93% de la facturación del exterior), Ferrovial (líder mundial en gestión de infraestructuras de transporte, Abengoa (líder mundial en el desarrollo de bioetanol), Mango…

Pero sobre todo, lo que me hace ver definitivamente el vaso medio lleno es el enorme abanico de empresas medianas españolas, que, pese a ser muy desconocidas para el gran público, son líderes mundiales en nichos de alto valor añadido, justamente en los sectores en los que se está librando la batalla de la economía del conocimiento del futuro. Empresas españolas son líderes en sectores como la Biotecnología (Pharmamar, líder mundial en biotecnología marina), Construcción (Cosentino, 1er productor mundial de cuarzo Silestone), Tecnologías Móviles (Grupo Zed, 1er distribuidor global de contenidos móviles independiente), Internet (Softonic, líder europeo en descarga de software), Educación Superior (IESE, mejor escuela de negocios del mundo según Financial Times), Gastronomía (El Bulli, varios años el mejor restaurante del mundo), Turismo (Amadeus, líder mundial en soluciones tecnológicas para el turismo) y en varios sectores más.

No quiero aburrirte con más ejemplos Jorge; solo quiero decir que una determinada imagen-país no siempre se ajusta con la realidad, como pasa ahora en España. Aunque a veces entren ganas de caer en la melancolía leyendo noticias sobre España y que sea imposible no entonar el múltiples veces repetido «cualquier tiempo pasado fue mejor», silenciosamente, sin llamar la atención,  en varios confines del mundo muchas empresas españolas están creando valor, riqueza y empleo; simple y llanamente lo que se llama…  triunfando, exactamente igual que Nadal, aunque esto apenas se sepa.

Cuándo empiezas a internacionalizarte? 😉

Un abrazo.

Emilio

PD. Después de darle muchas vueltas, no he encontrado una «imagen» que refleje mejor lo que quería decir que este video. Que conste que vino 1º el post y luego el video y no al revés!

#señoresque creen que se aumenta la productividad por arte de magia. Algunas ideas.

Amigo Jorge,

Me fascina cuando escucho a reputados contertulios o conferenciantes hablar de lo muy necesario que es para España y sus empresas y/u organizaciones aumentar la productividad, con el loable ánimo de ser más competitivos en el globalizado mundo en el que toca moverse. Pues bien, cada vez que escucho a alguien hablar de mejora de la productividad, como fin en sí mismo, así tal cual sin aportar ningún dato más, como si fuera algo inmediato y automático, o aún peor, una quimera inalcanzable, no puedo evitar recordar esa frase atribuida a Einstein, que decía algo así a «El colmo de la locura es pretender obtener resultados distintos haciendo siempre lo mismo«. Estoy muy de acuerdo con la cita y la verdad, poco importa si realmente es obra del genial físico judío o no.

Lo que quiero decir es que si se pretende aumentar la productividad en una organización, empresa o lo que sea, lo primero que se debería hacer… es hacer algo, y espero que no suene muy gallego. Haciendo cosas iguales nunca alcanzaremos resultados distintos, de cajón, y mucho menos si hablamos de aumento de productividad. Por tanto, en el supuesto que una organización tenga el deseo de mejorar la productividad y desee hacer algo al respecto, se me ocurren 3 glandes bloques de medidas genéricas en las que incidir, y un cuarto que en parte emana de los 3 anteriores.

  • Mejoras e Innovaciones Tecnológicas. Medida evidente de aumento de la productividad. Si se dispone de maquinaria más moderna, conexión a internet más rápida, ordenadores más potentes, impresoras más eficientes, etc se podrá trabajar más rápido, y conseguir los mismos resultados en menos tiempo que antes de la mejora tecnológica, o lo que es lo mismo, conseguir superiores resultados en el mismo tiempo que antes de la mejora; en definitiva la organización será más productiva. Por tanto, las mejoras tecnológicas, por lo general y con los matices pertinentes de cada sector, actividad y organización, suelen ser medidas claras de aumento rápido de productividad.
  • Formación. A mayor conocimiento, formación, aprendizaje y/o experiencia de un trabajador éste será más productivo. Como siempre con matices, pero es razonable pensar que a igualdad de condiciones el trabajador más formado trabajará más eficientemente que el menos. Medidas en este campo suelen implicar mejoras relativamente rápidas de la productividad.
  • Cambios organizativos. Menos evidente a la hora de mejorar la productividad en una organización pero con efectos positivos, especialmente en un m/p y dependiendo siempre de la medida. Bajo este título genérico podríamos incluir medidas como el fomento del teletrabajo, optimización de la jornada laboral o del horario de trabajo, reubicación geográfica adecuada de los departamentos organizativos, o incluso ajustes de empleo en el caso de existir recursos ociosos o una mejor adecuación de los bonus de rendimiento.
El 4º bloque de medidas, pese a ser menos evidentes no por ellos son menos efectivas, y harían referencia a las mejoras en los procesos y sistemas de trabajo. Estas mejoras en los procesos podríamos dividirlas además a su vez en dos grupos: las mejoras en los sistemas generales o personales, refiriéndose las primeras a las establecidas a nivel organizacional y las segundas a las mejoras personales de cada trabajador. Un ejemplo de mejora de proceso a nivel organizacional sería la optimización que hacen las limpiadoras de un hotel cuando establecen, basado en la experiencia de años de trabajo, la forma más eficiente de limpiar cada habitación y la agrupan en una manual. Estandarizando la forma óptima de limpieza creando por tanto un sistema o proceso estándar y formando a las empleadas en el mismo a nivel organizacional permitirá a éstas ahorrar unos valiosísimos minutos por habitación que supondrá mucho dinero mes a mes para el conjunto. Mejoras de procesos a nivel personal serían por ejemplo una optimización de la gestión de emails recibidos, eficiente organización del trabajo, una adecuada planificación, realización de reuniones eficaces, etc. En su blog Think Wasabi, Berto Pena nos facilita un puñado de ejemplos de mejora de la productividad personal o en éste artículo mi buen amigo y arquitecto Curro Poza explica su método, apropiado para profesionales que realizan proyectos para clientes.
Sin ánimo de escribir un post específico sobre cómo aumentar la productividad sí veo positivo establecer unos mínimos bloques en los que cada jefe deseoso de mejorar la productividad pueda ubicar sus medidas y/o inspirarse sobre por dónde empezar. No quiero Jorge hacer un ensayo sobre la productividad, imposible en un breve post pero sí al menos poner sobre el tapete que hay muchas iniciativas que proponer en este campo, y además en múltiples ámbitos, por lo que más allá de caer en el desánimo y pensar en estos tiempos de zozobra económica que nada se puede hacer, y que el desastre se nos va a llevar por delante, o que la productividad es una entelequia inmaterial casi imposible de mejorar, solo quería explicar que en toda organización siempre hay miles de pequeñas mejoras a emprender, claras y concretas, y que al final pueden desembocar en una mejor gestión y en una mayor productividad.

Siempre un largo camino se empieza por un pequeño paso, así que ¿por qué no probar algo distinto hoy a ver qué resultados se consiguen mañana? :O)

Un abrazo.
Emilio

Sobre mujeres, malentendidos y lo difícil del matiz en twitter

Amigo Jorge,

Varios hechos me han animado a escribir a este macro-post, dos principalmente. En primer lugar, la avalancha de noticias en la celebración del Día Internacional de la Mujer acerca de la desigualdad existente, aún insoportable, entre el hombre y la mujer, especialmente en cuanto a salario, en la vida laboral. Y por otro lado, la dificultad de explicar en un tweet o en dos (da igual que se usen los «tuits-alargadores»), pensamientos por su naturaleza complejos o polémicos, y que necesitan «sí o sí» una matización, un contexto o un precedente que el emisor conoce, lógicamente, pero no el receptor. Me viene a la mente especialmente el caso de unas reflexiones de @arrola, fundador de www.coches.com, realizadas el pasado 8 de marzo, día de la mujer, sobre los motivos de las diferencias salariales existentes entre hombres y mujeres, y la justificación de la misma por motivos estadísticos, «como se hace en los seguros» de los coches.

Pues bien, la airada respuesta por varios followers ante sus comentarios, me animaron a hacer una doble reflexión que te comparto en este post: en primer lugar,  lo difícil que es matizar en twitter, por lo que muchas veces es casi mejor evitar expresar pensamientos complejos; y por otro lado, las motivaciones de la diferencia salarial entre hombres-mujeres y la razonabilidad (o no) de lo comentado por @arrola.

Respecto a los malentendidos que se producen en twitter ya habla ampliamente @elpais en su artículo «Twitterrevolución», en el que el mismo @perezreverte explica al hilo de su polémico comentario sobre las lágrimas de despedida de Moratinos, que «Twitter es una charla de amigos, una barra de bar. Ocurrió como cuando un periodista saca de contexto una frase. Al día siguiente, dos ministros citaron mi nombre en el telediario. Trasladar un tuit tan crudo, aislado, descontextualizado…» por lo que no voy a profundizar en ello, y si tienes interés aquí tienes unos pocos manuales gratuitos en español sobre Twitter para darle un uso, más o menos correcto y no convertirte en un trending topic por meter la pata al estilo Bisbal. Por tanto me centraré en una serie de matizaciones, imposibles de hacer en 140 caracteres, y que entiendo como absolutamente necesarias hacer a la hora de opinar sobre las diferencias salariales entre hombres-mujeres.

Como bien sabes, tengo 3 hermanas, una novia estupenda, una madre maravillosa y 5 primas por un solo primo, por lo que he crecido entre mujeres y debe descartarse rápidamente cualquier actitud de índole machista en mis palabras, más bien, todo lo contrario… A la hora de opinar sobre por qué lamentablemente cobran más los hombres que las mujeres en España se deben hacer al menos 3 reflexiones/matizaciones que además, siguiendo el hilo argumental, deben ir en ese orden:

Reflexión estadística. La inmensa mayoría de las noticias que recientemente han hecho referencia al % de salario menor que cobran las mujeres respecto a los hombres se basa en el «Informe sobre Igualdad Salarial de UGT del 22 de febrero de 2011» . Pues bien, tras haber revisado el informe, en ningún caso dice que esa diferencia salarial se produzca entre un hombre y una mujer, que realizan el mismo puesto de trabajo, en la misma empresa, con las mismas responsabilidades y obligaciones, y con el mismo desempeño, que sería lo adecuado para poder realizar una comparativa justa. Simplemente dice que el salario medio total que cobran los hombres es superior al de las mujeres, simple y llanamente eso. ¿injusticia al canto? Quizás, pero habría que matizar, ya que si los hombres cobran más que las mujeres, es técnicamente porque los trabajos que hacen los hombres (en media siempre), están mejor remunerados que los de las mujeres. ¿injusticia galopante? Deberíamos seguir matizando, ya que esto se puede producir porque los hombres (siempre en media) desempeñan puestos de mayor responsabilidad y por tanto, mayor sueldo que los de las mujeres, lo que provocaría que «en media» los hombres ganaran más que las mujeres. Simple y llanamente, esta estadística refleja que los hombres tienen en media mejores puestos que las mujeres y por tanto mejores salarios, pero ojo, también mayor responsabilidad. Constatado que hay más directivos y altos cargos varones que mujeres. ¿es esto injusto? probablemente, pero entonces la queja razonada no debería atacar el por qué los hombres cobran más que las mujeres, lo que lleva a confusión, y la respuesta ya está dicha (tienen puestos de mayor relevancia y salario) sino por qué los hombres tienen los puestos de mayor responsabilidad y por tanto, las mayores remuneraciones! Ahí está la diferencia social existente, el punto a mejorar y por consiguiente el matiz a recalcar.

Hay otra interpretación, escuchada en varios foros de debate, que viene a decir que entre un hombre y una mujer, que realizan el mismo puesto de trabajo, en la misma empresa, con las mismas responsabilidades y obligaciones, y con el mismo desempeño, la mujer cobra menos que el hombre. Y siguiendo las cifras del informe de antes, vendría a decirse que las mujeres cobran un 15% menos. Y esto sencillamente, es una aberración económica. ¿por qué? Muy sencillo ¿es que acaso alguien en su sano juicio puede pensar que a igualdad de desempeño, responsabilidad y función un empresario, por muy machista que fuera, iba a desaprovechar la oportunidad de ahorrarse un 15% en una de las principales partidas de gasto como son los salarios en una época de crisis como la que vivimos? Si realmente las mujeres para puestos de igual responsabilidad y función, y por un mismo desempeño y calidad profesional implicaran un ahorro del 15% para el empresario, que no quepa la menor duda que éste solo contrataría a mujeres. Por ejemplo Jorge, de ser así y como emprendedor que eres ¿perderías esta oportunidad de recortar gastos salariales en un 15% con una medida tan fácil como sería la de contratar mujeres?

Por tanto y no me enrollo, la pregunta no es por qué los sueldos de los hombres son mayores que los de las mujeres, sino por qué éstas no logran los mismos puestos que los hombres. Y aquí añado un par de reflexiones más.

reflexión social/cultural/histórica o como se quiera titular. Es un hecho, nos guste o no, que hasta «antes de ayer» la sociedad española estaba estructurada muy frecuentemente en torno al concepto de «familia tradicional», en la que la mujer ejercía las funciones de «ama de casa», y el hombre era el trabajador.  Obviamente son innumerables las excepciones, pero en la generación de nuestros padres este modelo de economía familiar era bastante habitual, lo que provocaba que el número de mujeres que accedían al mercado laboral fuera muy inferior al de los hombres y por tanto, eran éstos lógicamente en un mayor % los que ascendían, los que alcanzaban los puestos de alta responsabilidad y sueldo, y por consiguiente, lo que justificaría esta brecha salarial grande entre hombres y mujeres. Gracias a la plena incorporación de la mujer al mercado laboral, esta tendencia está cambiando a pasos agigantados, y no solamente porque ya el 65% de los estudiantes universitarios son mujeres (@isidrodepablo dixit), sino porque cada vez es más habitual ver que la presencia femenina en oficios «típicos de varones» como en las Ingenierías o Medicina no cesa de crecer, y hablando con Dptos. de RRHHs de grandes compañías en lo sectores de Banca/Finanzas o Servicios Profesionales que año a año contratan a gran cantidad de recién licenciados, me dicen que en cada promoción el número de contratadas es mayor, siendo habitualmente más del 55-60% del total. Este hecho, añadido a medidas gubernamentales para facilitar el acceso de la mujer a puestos directivos (famosa Ley de Igualdad) y a iniciativas muy interesantes como el Programa LiderA, hacen que poco a poco, sea cada vez menos extraño ver a mujeres en puestos directivos. En cualquier caso, queda mucho camino por recorrer, y aún hoy día la mayor parte de los altos cargos, muchos de ellos de avanzada edad y provenientes de la época en la que la mujer aún no se había incorporado al mercado laboral, siguen siendo varones, por lo que siguen justificando la desigualdad salarial existente.

Pero no quiero terminar este «macro-post» (casi ensayo diría yo) sin hacer una tercera reflexión.

reflexión antropológica, filosófica, natural, o como la queramos definir, que viene a constatar que, guste o no, así es la naturaleza, y es la mujer la que «sobrelleva» (léase con todo el cariño) el proceso de embarazo y parto (con las consecuentes molestias, visitas al médico, etc) y la que, estadísticamente, en más ocasiones (respecto al hombre) decide «salirse» del mercado laboral (al menos de la carrera laboral que eventualmente te podría llevar a un puesto directivo) con el ánimo de emplear más tiempo en atenciones a la familia. Entiéndase que es solo una reflexión sobre la realidad,  en absoluto una opinión. Este efecto salida de varias mujeres con carreras muy prometedoras, del carril que lleva a los puestos directivos, por motivos de familia, también provoca que en última instancia, sea mayor el número de hombres albergando altos cargos. El reto en este caso sería, no sólo la conciliación de la vida familiar y profesional en términos generales, en la que ya se están dando importantes pasos, especialmente útiles para el personal administrativo (jornadas continuas, horarios reducidos, teletrabajo…), sino la posibilidad de facilitar una conciliación real de la vida familiar y profesional de las mujeres que aspiran por cualidades, talento y buen hacer, a los mejores puestos en las empresas y en las instituciones. Este es el reto y el camino a través del cual, se podría reducir la brecha salarial existente.

Bueno Jorge, creo que de tanto matizar, he creado un «Quijote» ilegible. En resumen, que en Twitter es mejor dar mensajes breves y directos para evitar confusiones  y malentendidos y que lamentablemente las desigualdades salariales entre mujer y hombre, existen y seguirán existiendo, aunque cada vez en menor medida, por lo que lentamente en el futuro iremos viendo a más y más mujeres, por méritos propios (nada de cuotas ni leyes de discriminación positiva), en los cargos de mayor responsabilidad de empresas e instituciones.

¿qué piensas de todo esto? ¿un café para intercambiar impresiones? 😉

Un abrazo.

Emilio

El eterno problema de la competitividad española

Amigo Jorge,

Amo y odio los rankings de países o ciudades a partes iguales. No me gustan ya que por lo general tienen un importante componente subjetivo, son francamente manipulables, dependen en gran parte de la habilidad del evaluador que nunca es el mismo en cada país, la información no siempre es homogénea y comparable, y habitualmente mezclan «churras con merinas», ya que igualan conceptos muy difícilmente igualables, como pudieran ser «la participación femenina en la fuerza de trabajo» con «el acceso a internet en los colegios» o «la tasa de malaria».

Por otro lado, y a su favor, permiten hacer comparativas entre los países o ciudades objetos de estudio, son fruto de un esfuerzo peliagudo de muchas personas, identifican deficiencias, reconocen fortalezas y, sobre todo, al utilizar un mismo patrón de análisis año tras año, permiten analizar tendencias y conocer en qué áreas un país lo está haciendo bien y donde debe mejorar.

Si hablamos de competitividad hay un ranking de referencia, si no el más importante, sí al menos uno de los más reputados y afamados: El índice de Competitividad Global, dirigido por el World Economic Forum.

Habiendo expresado la desconfianza con la que miro todos los rankings que caen en mis manos, paso a escribir dos  pinceladas sobre la situación de España en el mismo. Para eso es importante conocer cómo se elabora el ranking, qué criterios toma en cuenta y cómo se ensambla la información. No es mi objeto aburrirte por lo que intentaré ir al grano, remitiéndote al Informe si quieres más info sobre «cómo leer el ranking» (pág. 71)

Muy en resumen el ranking general de competitividad global, es un agregado de 3 subíndices, cada uno formado a su vez por diferentes pilares, y cada pilar con múltiples indicadores. De este  modo, el ranking general es un agregado de los subíndices «Necesidades Básicas» (formado a su vez por los pilares 1. Instituciones, 2. Infraestructura, 3. Macroeconomía y 4. Salud y Educación Básica), «Trampolines de Eficiencia» (formado por 5. Eduación Superior y Formación, 6. Eficiencia del mercado de bienes, 7. Eficiencia del mercado laboral, 8. Desarrollo del mercado financiero, 9. Disposición tecnológica y 10. Tamaño de Mercado) e «Innovación y factores sofisticados» (formado por los pilares 11. Sofisticación de Negocios y 12. Innovación). Disculpa el rollo pero es importante. Cada uno de los pilares está formado a su vez por diversos indicadores relacionados, aquí, tienes el perfil completo de España con sus más de 110 indicadores (pág. 304). Sobre estos indicadores realizaré parte del análisis.

Como ya he dicho, no me gustan especialmente los rankings, aunque reconozco sus bondades para identificar fortalezas y debilidades y comprobar tendencias. Según esto, expongo primero los «highlights» del ranking general:

El ranking general está liderado por Suiza, seguida por Suecia, Singapur, EEUU y Alemania. Suecia ha subido 2 puestos lo que demuestra que algo deben estar haciendo bien, y el resto llevan varios años en los puestos top, lo que es síntoma de que algo competitivos deben ser también.

España está en el puesto 42, muy lejos de la cabeza y habiendo bajado 9 puestos desde el ranking anterior. Esta tendencia demuestra que España, sin ser muy competitiva, o bien no está mejorando en competitividad global, y si lo hace, lo está haciendo a menor ritmo que otros países. A mi juicio y con las habituales reservas, ambas situaciones no son positivas y muestran que algo no marcha bien.

España ha sido adelantada en 2010 por países como Chipre, Tailandia Bahrein, República Checa, Estonia u Omán, lo que demuestra que algo deben estar haciendo bien. Si bien no son grandes potencias económicas, están avanzando más rápidamente que España.

España está por detrás de prácticamente todas las grandes economías mundiales salvo Portugal (puesto 46), Italia (puesto 48), Brasil (puesto 58), Turquía (puesto 61), Rusia (puesto 63), México (puesto 66) o Grecia (puesto 83). Que España esté en este ranking prácticamente detrás de todos los países de la UE y solo por delante de Italia y de algunos emergentes, tampoco debe ser motivos de felicitarse. Máxime cuando los socios/competidores habituales de España: Alemania (puesto 5), Reino Unido (puesto 12), Francia (puesto 15) u Holanda (puesto 8º) además de estar bien por encima de España, se mantienen en competitividad global o incluso suben puestos. Es importante reseñar además que España baja de puestos mientras que Portugal o Italia, por señalar a los que supera, se mantienen.

Subrayando que este ranking (como todos) hay que estudiarlo con cautela, da pistas de que España podría estar ante una deficiente situación de competitividad global en relación a sus países competidores.

Visto el ranking general, paso a buscar estas pistas en los indicadores (pag. 304), que es donde de verdad se pueden identificar deficiencias y fortalezas específicas. Como son más de 110 indicadores, reseñaré solo aquellos en los que la puntuación de España es manifiestamente positiva (aparece entre los 20 primeros países) y notablemente negativa (a partir del puesto 100, que ya es). Pongo entre paréntesis el puesto obtenido sobre el total de 139 países analizados.

Fortalezas de España:

Excelentes infraestructuras. Puesto 14 en este pilar, con estupendas puntuaciones en «Calidad de las carreteras» (20), «Calidad de la red ferroviaria» (13), «Calidad de la red portuaria» (18) y «Disponibilidad de destinos aéreos» (puesto 8 mundial).

Muy buena Sanidad y Educación Primaria. Con puntuaciones máximas en «Impacto de la malaria en los negocios» (1), «Incidencia de la malaria» (1), «Mortalidad infantil» (17), «Esperanza de vida» (9) y «Tasa de escolaridad infantil (4).

Generoso Tamaño de Mercado. Con una puntuación general de 13 y con puntuaciones notables tanto en «Tamaño de mercado doméstico» (12), «Tamaño de mercado internacional» (19).

Debilidades.

Instituciones. Aunque la posición global del pilar Instituciones no es muy malo (53), sí lo es la de algunos indicadores como «Exceso de Gasto Público» (101), «Carga de regulación gubernamental» (110) y «Coste del terrorismo para los negocios» (117).

Eficiencia del Mercado de Bienes. Como antes, aunque la posición de este pilar no es muy negativa (puesto 62), puntuaciones muy bajas en «Extensión y efectos de los impuestos» (puesto 112), «Impuestos Totales» (112) y «Tiempo requerido para comenzar un negocio» (117 de 139), señalan una evidente debilidad.

Eficiencia del Mercado Laboral. Un puesto 115 sobre 139 de este pilar muestra que estamos ante una clara deficiencia, máxime cuando hablamos de puestos relativos, dicho de otro modo «114 países cuentan con mercados de trabajo más eficientes que el español»; demasiados países se me antojan para querer ser competitivos en un entorno global. Los puestos obtenidos en «Flexibilidad en la determinación de salarios» (124), «Rigidez en el empleo» (119), «Contratación y extinción de relaciones laborales» (137!!!!!!) o «Pagos y productividad» (109) señalan que hay claramente muuuuuucho margen de mejora en estos asuntos.

Sin ánimo de aburrirte, dicho está que los rankings hay que estudiarlos con cautela, pero dan pistas; y si España obtiene esas puntuaciones tan altas en Infraestructuras y Salud, debe ser que algo se debe estar haciendo bien en esas áreas, y unas puntuaciones tan bajas en los mercados de bienes y trabajo, sin duda, muestran que algo no funciona del todo bien y que es ahí donde deberían incidir las futuras reformas y mejoras.

Este ranking de competitividad global no es la Biblia, pero más allá de ver el puesto general de España, que es importante, el análisis de los indicadores lo es mucho más, ya que sin duda muestra, en este entorno global, donde se está fallando. No olvides amigo Jorge, que son puntuaciones relativas, y no quiere decir que en las áreas que sacamos malas puntuaciones lo estemos haciendo mal, sino que muchos otros lo están haciendo mejor. Según releo esto creo que alcanzar un puesto de 137 sobre 139 países analizados no tiene mucha interpretación acerca de donde hay que mejorar desde ya…

Con esto no quiero decir que el mercado laboral tenga la culpa de todos los males nacionales, pero desde luego ahí algo no se está haciendo bien en España. Y dígase lo mismo respecto a los impuestos totales existentes o el tiempo necesario para montar un negocio. Pensaba seguir el post y acabar con algo positivo pero visto lo visto… ¿te saco el Doing Business 2011 (pag. 51) o lo dejo para otro día? 🙂

Un abrazo.

Emilio

EEUU o el paraíso del emprendimiento. Algunas claves.

Amigo Jorge,

Algunas claves prometía explicarnos el Embajador de EEUU en España Alan D. Solomont en su conferencia titulada «Por qué florece la actividad empresarial en los Estados Unidos», organizada por la Fundación Rafael del Pino.

Asistí con mucho interés a esta conferencia, tanto por el tema en sí, -tremendamente interesante-, como por el ponente; si no el más cualificado actualmente para exponerlo, al menos sí el que más cargo administrativo tiene para hablar de esto en España. He de decir que mi interés no solo provenía por escuchar al Embajador de EEUU en España, sino también de la amplia (y según tengo entendido exitosa) experiencia como empresario del Sr. Solomont.

Pues bien, acabó la conferencia y me quedé con una sensación agridulce. Me sorprendió positivamente el Sr. Solomont, además de amable y simpático, manejó con elegancia y conocimiento algunas preguntas «con trampa» del público. Respecto a sus explicaciones de por qué EEUU es el paraíso de los emprendedores, la verdad es que «me supieron a poco», quizás sea porque sigo muy de cerca el mundo de los emprendedores, aunque desde luego son poderosas estas razones.

Lo primero que dejó claro Solomont es que la clave del crecimiento económico está en la innovación (lo que después subrayaría el Presidente Obama en su discurso del Estado de la Unión min. 11). Por tanto, el éxito del florecimiento de tantos negocios en EEUU dependería de dos grandes factores:

1) – cultural. Que se muestra en varios temas.

En América se ama a los emprendedores, se adora y presume de los logros individuales, y esto lo hacen desde la infancia; grandes innovadores como Benjamin Franklin o Thomas Eddison son admirados por todos allí.

La media presta mucha atención a los casos de éxito de emprendedores americanos (Ted Turner, Bill Gates, Marck Zuckerberg) y la juventud los trata como ídolos e intenta imitarlos. De hecho hasta Obama pone como ejemplo a Facebook y Google en su discurso del Estado de la Unión 2011, min. 11, 45.

En paralelo, los poderes públicos se encargan de crear un marco «entrepreneur-friendly», en el que el fracaso no está penalizado y se sale de él libre de cargas y en el que la propiedad intelectual y la creatividad está garantizada. Una máxima como la famosa «Lo que es bueno para la General Motors, lo es para EEUU» demuestra mucho este espíritu pro-business que se respira allí.

Firme creencia que el fracaso es clave para el éxito ( «Failure is crucial to success») por el proceso de aprendizaje que el emprendedor experimenta al fracasar. No es un estigma, es una suerte el haber fracasado.

Todas las instituciones están orientadas al emprendimiento (universidades, parques científicos, incubadoras de negocios…) y la financiación, como parte clave de este proceso, nunca puede faltar. «Los emprendedores sin financiación vivirían tanto como peces sin agua».

2) – EEUU es líder mundial en innovación.

En fin, reconozco la dificultad de explicar en una breve conferencia las múltiples causas que han hecho que EEUU sea hoy un paraíso para los emprendedores, se necesitarían horas, y no negaré que echo en falta más motivaciones, especialmente algunas referencias históricas. No obstante, releyendo lo que comentó el Sr. Embajador, se puede decir tranquilamente respecto a las causas que «no están todas las que son, pero sí son todas las que están» y conviene aprender de ellas.

Un abrazo.

PD. Fotografía oficial extraída de la web de la Embajada de EEUU en España.

Nueva York o la epítome del citymarketing

Amigo Jorge,

Aunque suene un pelín cateto, tenía ganas de conocer Nueva York en Navidad; no solo porque es una de las pocas ciudades globales que tenía en la lista de «pendientes», sino por saber si sería capaz de embriagarme de esa aureola mágica que envuelve a «la Gran Manzana», que enamora a todo aquel que la visita, que enloquece a la visa más llena de telarañas y que si el periodo en el que se visita es Navidad, frío y nieve aparte, la experiencia es casi única, tanto que hasta se le dedica un programa de TV de Callejeros Viajeros o yo mismo un post.

Pues bien, habiendo visitado la ciudad con un ojo especialmente crítico, recorriéndola de arriba a abajo sin descanso durante los 4 días y poco en que estuve, concluyo que yo también he caido en la «trampa navideña de NYC» y cogí el vuelo de vuelta en el JFK parafraseando, en bajito eso sí, ese genial eslogan de «I love NYC».

No es mi intención, analizar en un breve post por qué Nueva York se puede considerar la «capital del mundo» ya que demasiado se ha escrito sobre esto, sino hacerlo desde un punto de vista conceptual cuasi-empresarial pero aplicado a una ciudad, enfocándolo desde el ámbito de la estrategia, la cual, no puedo más que considerarla que brillante. Me explico.

Obviamente una imagen tan poderosa como la que tiene NYC no se consigue en dos días, ni es fruto del trabajo de un par de alcaldes bienaventurados, tres constructores ambiciosos, y unos pocos millones de turistas animosos, ni mucho menos. Es una imagen labrada meticulosamente desde hace décadas y en la que se me antoja que, dentro del caos, todo está pensado, y en la que todo «newyorker» tiene un papel imprescindible para conseguir crear esa experiencia única que supone el estar en Nueva York. La estrategia ciudad es clara: conseguir que todo visitante salga comulgando con el célebre eslogan de «Me encanta NYC», pues bien, con las deficiencias propias de toda gestión de un equipo de millones de personas como es el que habita en la ciudad, el resultado no puede ser mejor, atendiendo a los resultados de imagen y de turistas (46 Mill. al año).

Al analizar la magia que envuelve al visitante no podemos obviar el enorme favor que la industria del cine le ha hecho a la ciudad: solo por poder disfrutar en directo de aquellos lugares que estamos acostumbrados a ver en los grandes éxitos cinematográficos, uno ya tiene ganas de visitar «La Gran Manzana». En cualquier caso, reducir solo a esto el encanto de la ciudad sería hacerse trampas, porque como generadores de «experiencias únicas» han sido realmente estupendos. Desde la severa mirada del oficial de aduanas a la hora de enseñar el pasaporte, al acento caribeño y amable del taxista (siempre amarillo,el taxi, obviamente), pasando por las pintadas skater del bronx o por la sobria y cuanto menos diferente forma de vestir de los judíos ortodoxos, contribuyen a crear esa imagen de «capital del mundo» que tienen. Y por encima de todas estas experiencias puntuales tenemos la actitud del «newyorker»; salvando excepciones, la generalidad es que el neoyorquino se siente especial, se siente creador de experiencias y como tal actúa con el visitante. Por muy buenos edificios que hubiera, por muy estupendas obras que albergaran los museos, una ciudad al final la hacen las personas, y en esto, creo que allí han hecho una labor de concienciación de «somos la capital del mundo, creámonoslo y demostrémoslo» excepcional.

Pongo solo 3 ejemplos puntuales de marketing en estado puro que «sufrí en NYC»:

TiendaM&Ms en Times Sq. Qué decirte de una tienda de 4 plantas, de fácilmente 1.000m2 en total, en la que supuestamente se venden caramelos (los celebérrimos M&Ms) y que cuando entras puedes comprar de todo, menos caramelos casi… Tras recorrer media tienda viendo todo tipo de merchandising, al final ya no sabes si quieres caramelos, tazas, calzoncillos, bolis, o cuencos de M&Ms. Tremenda labor de marketing.

Restaurante Bubba Gump también enTimes Sq.  Tomando prestado el nombre y la marca creada por el adorable Forrest Gump en la homónima película, abren un restaurante, en pleno Times Sq. también en el que la decoración, los platos, los camareros, etc gira en torno a imágenes y «gags» de la película. Tras el almuerzo, te regalan un «vale» intercambiable por un vaso del sitio (muy chulo por cierto), en la tienda del restaurante, en la que, una vez más, te acaban ofreciendo hasta un boli bic con el logo de Bubba Gump. Marketing al cubo.

Tienda Abercrombie 5ª Avenida. El acabóse… Ni escaparate, ni maniquíes, ni decoración, ni nada… vamos, que casi te enteras que hay una tienda ahí por la cola que hay para entrar y por el elevadísimo número de féminas, generalmente con sus parejas al lado, esperando para hacerse una foto con un tipo recién salido de Malibú, sin camiseta, con más músculos que el resto de humanos y en chándal en la entradilla de la tienda. Eso sí, calculo que a no más de 4º centígrados se estaría afuera. Todos sabemos que si la chica entra a comprar, el chico va detrás, por lo que el gancho del galán descamisado y musculado, no puede ser más acertado. Una vez dentro, aparte de tener varios encargos que satisfacer (más marketing), tienes que darte una vuelta por toda la tienda ya que no hay ningún orden establecido de colocación de la ropa (área hombres, mujeres, tarde, noche, ropa interior, invierno, verano… nada) lo que te obliga a recorrértela entera para ver qué te gusta. Todo con una luz tan tenue que tienes que coger varias prendas para ver cómo son y en qué se diferencian unas de otras, y además siempre con un/a dependiente, de buen ver por lo general, debidamente vestid@ con ropa Abercrombie, que se ofrece para ayudarte en lo que necesites y siempre con un espacio aderezado con un olor a colonia, Abercrombie también, tan fuerte, que al final hace que piques en algo, o que te compres la misma colonia. En este caso lo que se ahorran en luz y escaparates, se lo gastan en dependientes y colonia. Marketing del bueno, porque sobre todo al final, que también importa, la ropa gusta.

Al final en los tres sitios entré y en los tres compré, por más que yo no quería…  y no sigo poniendo ejemplos para no aburrirte. Si es que no hay nada mejor que tener una buena estrategia, basada en la creación de experiencias únicas, y hacer partícipe a todos los empleados de la misma para alcanzar el éxito, no crees? Yo ya estoy convencido: «I love NYC» y en varios sentidos! 🙂

Un abrazo y Feliz 2011.

Emilio

Aprendiendo management con los prusianos

Amigo Jorge,

Siempre me gustaron las revistas corporativas que te ofrecen las aerolíneas (las que lo ofrecen, claro está, que cada vez son menos). En mi opinión, quizás porque es lo que tienes delante una vez en el asiento y mi nivel de exigencia es mínimo, o porque al estar destinado a un público viajero siempre muestran lo mejor de los destinos a los que vuelan (estupendos restaurantes, hoteles de ensueño, los clubs más chics del lugar), pero la realidad es que me transmiten siempre «sentimiento positivo», una especie de «kharma» que te ayuda a afrontar con más ilusión la incomodidad inherente al estar en un vuelo.

Pues bien, en la versión de diciembre de BA me encontré por casualidad con este artículo dedicado a las técnicas de management surgidas dentro de la armada prusiana en el S. XIX, el cual me pareció de gran interés, especialmente al transmitir enseñanzas o principios que, como tantos otros, son de rabiosa actualidad y aplicación al mundo de la empresa en el S. XXI.

En esencia, el artículo enseña cómo los prusianos perfeccionaron una fórmula de dirección estratégica infalible una vez comenzada la batalla, una técnica a través de la cual la victoria no dependería sólo de la genialidad única del estratega comandante en jefe o de las individualidades militares, sino en la creación de una «organización inteligente» en la que prima el conjunto sobre el individuo para llevar al ejército a la victoria. Esta «organización inteligente» al estar interconectada pero con capacidad para actuar con cierta independencia, será tremendamente flexible y se podrá adaptar rápidamente a los cambios que se suceden en la batalla.

La clave para los prusianos es la estrategia, no el plan y todos los soldados, deben ser perfectamente conscientes de esta técnica y ser capaces de funcionar como «una organización inteligente». Sabido esto el líder, comandante, jefe o emprendedor, aplicado ya el ejemplo al siglo XXI debe seguir los siguientes principios:

Decidir lo que realmente importa, tener grabado a fuego que «lo importante es la estrategia, no el plan». Sabiendo cual es el objetivo a largo plazo y transmitiéndolo a toda la organización, la capacidad de ir adaptándose a las circunstancias teniendo siempre en mente ese fin general será mucho más fácil.

– Hacer fluir el mensaje por toda la organización. Siempre en forma de mensajes simples, claros y cediendo responsabilidades a los subordinados. El mensaje emitido por el superior debe decir claramente EL QUÉ QUEREMOS CONSEGUIR pero no QUÉ HACER, y POR QUÉ QUEREMOS CONSEGUIR ESO y no CÓMO HACERLO. Dada la orden, el empleado debe ir informando a sus superiores de la marcha de sus gestiones.

Dar espacio y apoyo al equipo. El objetivo general debe estar siempre en la mente del empleado, pero con libertad para decidir el mejor camino para conseguirlo.  Una libertad suficientemente amplia para que los empleados puedan ser parte activa de la estrategia de la empresa, pero también con límites, con el fin de evitar que una mala gestión de un individuo, pudiera llevar al traste todo el trabajo de la organización.

Leyendo estos consejos, no puedo más que estar de acuerdo, especialmente si lo aplicamos al mundo de la empresa. Me quedo con dos consejos que espero que me acompañen siempre: «lo importante es la estrategia, no el plan» y el directivo «no debe decir qué hacer ni cómo hacerlo, sino qué queremos conseguir y por qué».

Los antiguos prusianos, son el germen de lo que hoy es Alemania; desde luego, más de un siglo después, no podemos decir que les haya ido mal.

Un abrazo.

Emilio

PD. Fotografía cortesía de Yaisog Bonegnasher

Solo las compañías más internacionales sobrevivirán…

Amigo Jorge,

Acaba de llegar a mis manos el monumental «Anuario de la Internacionalización de la Empresa Española 2010«, realizado por el Círculo de Empresarios y por Mauro F. Guillén del The Wharton School. El documento, auténtica Biblia anual para quien gusta de analizar cómo se las gastan las compañías españolas fuera de nuestras fronteras, como es el caso de un servidor, es un monumental trabajo en donde se hablan de múltiples temas de interés como la economía mundial, la economía española, principales operaciones internacionales de empresas españolas, inversiones en infraestructuras, etc todo enriquecido por multitud de datos que justifican varios de los análisis.

Aunque no lo he analizado aún en profundidad, tarea harto difícil por la magnitud de la obra, sí me aventuro a extraer, con el soporte inapelable de los datos, un par de conclusiones más que interesantes.

La tendencia a la internacionalización tanto de la economía española como de las empresas españolas se ha debilitado. A la espera de un mayor empuje del panorama internacional o de mejores resultados nacionales, numerosas empresas españolas han suspendido sus planes exteriores. Pese a esto es reseñable que España mantiene la condición de inversor neto en términos de inversión directa.

– Sin embargo, el sector exterior ya no es una posibilidad, es la única opción…

Argumento este último punto. Aunque es ampliamente comentado y consecuencia directa de la globalización que el mercado en el que compiten las empresas españolas ya no es la península sino el mundo, que diversificar riesgos operando en varios mercados exteriores ayuda a mantener un crecimiento sostenido diluyendo problemas puntuales en algún mercado concreto y que internacionalizarse disminuye el componente de «riesgo país» que en estos momentos implica «ser de España» (aunque esto es más que discutible como muy bien explica el gurú del branding Raúl Peralba en su tribuna «Spain is different» a Irlanda, Grecia y Portugal), lo que no se pueden discutir, (ojo, aunque sí interpretar) son los datos, y ha habido un cuadro que me ha llamado poderosamente la atención en el Anuario: el cuadro de Tasas de Retorno total para el accionista en el IBEX 35.

En este cuadro se exponen rankings según los retornos para el accionista que cada compañía del Ibex 35 ha generado año tras año y en media de varios años. Resultados: que Técnicas Reunidas es de largo, la cía con mejores retornos en 2009, en el periodo 2007-2009 y la 2ª en el periodo 1995-2009 solo detrás de Indra.

Se pueden buscar miles de argumentos (buena gestión, diversificación de productos y servicios, elevada inversión en I+D…), todos ellos de peso, para justificar el éxito de la ingeniería presidida por José Lladó, pero hay uno en los que ellos ganan por goleada: su internacionalización. Escuché en el Spain Investors Day que en 2010 solo el 5% de la facturación de Técnicas Reunidas viene de España, y en la página 57 del informe se refleja que en 2009 solo el 21,7% de sus ventas totales provenían de España, la 2ª con el % más bajo de exposición nacional tras Acerinox.

¿casualidad? ¿buena gestión? ¿diversificación de productos? todo influye, sin duda, pero este éxito nunca habría sido posible sin la internacionalización, y ésta será la tendencia a seguir, ya lo verás. No tienes más que ver en ese cuadro qué % de la facturación de las «grandes» nacionales viene de España. ¿no crees que el mundo es demasiado grande como para pensar que solo te pueden comprar en España?

Un abrazo.

Emilio